jueves, 9 de febrero de 2012

ochenta y ocho.

Tú eres coca-cola, yo soy el whisky barato; mi mezcla preferida pa’ ahuyentar el llanto. Salimos a la calle cuando más llueve, gritamos entre coches cuando todos duermen. Tú eres mi Cenicienta que nunca tiene prisa, una bala perdida hecha a mi medida. Cuando me siento herido, me subes a un tejado y allí la vida es menos puta si estás a mi lado.